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Posts Tagged ‘Redes Sociales’

A partir de Octubre «Apuntes Electrónicos» cambia de dirección. Esta entrada puede leerse ya en la nueva versión de la bitácora.

Twitter se ha convertido en una herramienta diaria de mi trabajo. Todo conocimiento  que adquiero de ella me resulta corto. Gracias a twitter me llega información de nodos de conocimiento con los que estoy débilmente conectado, y gracias a los cuáles aumenta mi productividad. Para otros, twitter es más herramienta de ocio, de potenciar las relaciones y facilitar actividades con sus amigos y conocidos. Instituciones públicas y privadas comienzan a utilizarlo como herramienta de propaganda y comunicación, algunas incluso como soporte de servicios de emergencia.

Twitter en definitiva se está convirtiendo en herramienta imprescindible en la vida cotidiana de la sociedad. Es la primera utility que no nace de la inicitiva pública.

Han sido varias las indisponibilidades de servicio que ha sufrido twitter. Un modelo de negocio aún por definir parece la causa del su corta infraestructura, que aparte de los incidentes mayores provoca continuos momentos de bloqueo de su API.

¿Podemos permitirnos que twitter siga funcionando así? Mi opinión es que las respuesta es no, y para ello sólo se me ocurre la opción de «universanacionalizar» twitter. Extender el modelo cooperativa que rige el funcionamiento de los niveles de red de Internet a los servicios de valor social, como es el caso de twitter.  Existen dificultades para la extensión del modelo, ya que no existe una primera base de cooperativa sobre la que arrancar sino que supondría convertirlo en cooperativa, pero fórmulas como el apoyo de organismos supranacionales (ONU, FMI, …) podrían ser exploradas.

Si tienes comentarios sobre esta entrada, hazlos en la nueva versión de la bitácora.

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«Lo bueno, si breve, dos veces bueno». Y si ductil, tres, añadiría el poeta de haber conocido twitter. Acabo de terminar una de mis lecturas vacacionales, «140 characters» de Dom Sagolla. Un libro sencillo que tiene el objetivo de ser una guía de estilo a quienes nos iniciamos en twitter. Termina siendo más que eso. Una loa a la belleza de lo breve, una guía hacia la productividad basada en 140 carácteres, una brujula para la navegación en una nueva configuración de las relaciones sociales, el mensaje corto como nuevo estilo literario. Todo eso y más, porque el libro, como twitter es poliédrico.

Es difícil identificar las razones del éxito de twitter. Quizás el primer capítulo del libro descriptivo de su historia da la clave. La conversación como origen, uno de sus gérmenes fue un sistema de audio de conversación asíncrona, y un modelo conceptual de evolución basado en la sencillez y el uso, pocas funcionalidades y siempre guiadas a facilitar la conversación.

Creo que leí a @yoriento la mejor comparación de twitter que hasta la fecha he visto, «twitter es un bar». Twitter es la continuación de los cafés decimonónicos a escala global, una tertulia continua germen de la colaboración y agitación que deviene en ideas y creación. Existen muchos usos, interesados y desinteresados, espureos y honestos, transparentes y opacos, cada uno le encuentra el suyo, pero todos caben en ese bar. Sólo hay que conocer un par de claves para adentrarse en el bar, ser aceptado e ir saltando de tertulia en tertulia.

El libro de Sagolla nos ayuda a conocer las claves de uso a los que continuamente nos iniciamos en twitter. Altamente recomendable y de continua relectura permitida. Aunque sólo lo he leido una vez, presumo que los subrayados van a darme para muchas meditaciones.

P.S. Este resumen de libro de Sagolla es el reconocimiento del fracaso de un aprendiz. No ha cabido en 140 carácteres.

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Aunque hubiera antecedentes, me caben pocas dudas que,  si existe historia de esto del Gobierno Electrónico, el día cero del Gobierno Abierto pasará por ser el día siguiente de la toma de posesión del Presidente ObamaNo habían pasado veinticuatro horas cuando dió las órdenes ejecutivas que arrancaban la transición del obscurantismo al Gobierno Abierto abierto en los USA, y en un efecto arrastre en (al menos) todo el mundo occidental. Aunque parezca que todo comenzó hace mucho tiempo, fue hace poco más de año y medio. Es quizás tiempo de análisis, de tratar de identificar de modo sistemático los retos a los que estamos enfrentándonos.

Quizás los más importantes son los retos  globales a al concepto en sí. Particularmente creo que el más importante es su sostenibilidad.  La acción de las AAPP se basan en la legalidad, en la existencia un marco que les obliga a dar unos determinados servicios. Sin la existencia un marco legal, el impulso se agota. No vale un mero acuerdo de gobierno, que puede ser olvidado cuando el siguiente gobierno llegue. Baste para ello ver como la pata transaccional del Gobierno Electrónico sólo ha sido desarrollado de modo decidido cuando ha existido un marco legal que lo ha habilitado. De la mano del marco legal, es sólo cuando es posible mantener las dotaciones continuadas estables de recursos económicos y humanos que demanda la implantación del Gobierno Abierto, y disponer de una base para impulsar el cambio cultural entre los empleados públicos.

La transparencia se enfrenta al reto de la usabilidad. No se trata tan sólo de facilitar muchos datos en formato reutilizable, han de facilitarse herramientas eficientes de catalogación, cuidar la calidad de los datos y ser capaz de facilitarlos en el entorno temporal necesario. Un ejemplo de las dificultades de una implantación generalizada de la transparencia en un país se relata en la entrada «La Crisis de los Portales de Transparencia» de Gonlink.

Hacer efectiva la participación supone  resolver retos sociales y tecnológicos.  En primer lugar, rompiendo la inercia de las AAPP y la desconfianza de los colectivos sociales, buscando fórmulas que nos permitan integrarnos en las iniciativas de participación externas a nuestras sedes electrónicas, espatando posibles miedos orwellianos.  En segundo lugar, evitando el rapto por las élites, habilitando una participación transversal a la sociedad y no sólo de los más vociferantes y/o con ventajas socioeducativas.  Finalmente,  introduciendo tecnologías que permitan dar calidad a la participación, como filtrados automatizados que permitan un uso efectivo del crowdsourcing y registros electrónicos de la participación realizada como garantía a la ciudadanía.

En la colaboración o coproducción se presentan  interesantes retos procedimentales. Integrar en nuestros flujos de trabajo mecanismos de identificación de comunidades con las que construir servicios efectivos para la sociedad y aplicar nuevas fórmulas de adquisicion contraprestación de sus servicios mutuamente beneficiosas.

He dejado para el final las personas, empleados públicos y nuestros dirigentes políticos. La implantación del Gobierno Abierto sólo es posible con una actuación más autónoma de los empleados públicos de acuerdo a los principios del interés general.  Los modelos jerárquicos y de rígido control de la acción del funcionariado por la clase política difícilmente harán otra cosa que esclerotizar el concepto de Gobierno Abierto. Es necesario desarrollar un modelo de gestión de objetivos y actividades en las AAPP basado en la confianza entre dirigentes políticos y empleados públicos.

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Va para dos meses que publiqué la primera parte de esta entrada. El tiempo dejado  entre una y otra no ha sido intencionado, tan sólo ahora he encontrado alguna pista para seguir avanzando en la materia. Otra vez la misma viene del Reino Unido, de la mano de un documento corto y con un excelente resumen ejecutivo «The engagement ethic».

Breve recordatorio de qué perseguimos con la co-producción: Servicios públicos no sólo para los ciudadanos sino con los ciudadanos. Con ello obtenemos servicios más efectivos, pero también con una mayor base de legitimación.

Dejábamos el tema en la búsqueda de metodologías para aplicar las técnicas de co-producción de servicios públicos. El primer paso, identificar en qué servicios puede hacerse de la colaboración el eje de su diseño y producción, nos lo viene a resolver el documento mencionado. Estos servicios  los presenta caracterizados por:

  • Existencia de una comunidad clara de interesados
  • Crecimiento limitado dentro de la comunidad de interesados
  • La contribución de la comunidad es crítica para el exito del servicio
  • Existencia de relaciones de largo plazo
  • La comunidad tiene un claro interés en participar en el servicio

Hacer de una comunidad el eje de la co-producción de servicios, lleva a una segunda derivada. La co-producción puede tomar dos puntos de arranque de desarrollo:

  • Servicios mutualistas externos a las AAPP que son apoyados para su desarrollo
  • Identificar dentro de las AAPP servicios en que puede ser  efectivo incorporar a una comunidad para una prestación más efectiva

Por ir a ejemplos prácticos tanto de lo uno como de lo otro dentro del  Gobierno Electrónico. La iniciativa AbreDatos 2010 que se celebra en este fin de semana puede dar lugar a servicios iniciados en una comunidad. El servicio Red Trabaj@ ya mencionado en la primera parte de esta entrada es ejemplo de la incorporación de comunidades a la prestación de servicios públicos. Se trata en definitiva de primar la misión del organismo sobre el uso de la tecnología.

La fórmula de la co-producción está aún en sus primeros pasos. Pero puede ser la solución para revitalizar servicios con escaso nivel de satisfacción por parte de los ciudadanos. Por acabar de nuevo con un cita de Seth Godin,

Trying harder is impossible when you’re already trying as hard as you can. But you can always try different.

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Hoy ha acabado Tecnimap 2010. Una de las sesiones que más éxito de convocatoría tuvo fue la dedicada al uso de las Redes Sociales en las AAPP. En ella hubo intervenciones de  alta calidad por parte de @balapiaka, @alorza, @idoiallano, @mgarrigap, @rafaelchamorro e Ignacio Celaya.

Sería difícil elegir cuál de las intervenciones fue aquella con cuyo mensaje pueda sentirme más identificado. Globalmente, la que más me convenció fue la de @mgarrigap y con su idea de «hacer uso de la redes sociales para hacer pedagogía sobre los límites de la Administración». Sin embargo, salí del auditorio más convencido de «la necesidad de las AAPP de estar en las redes sociales para ser ciudadanía y servir mejor a las AAPP» que dijo @idoiallano. Un mensaje en el que con su provocativo estilo incidió al día siguiente @andreadimaio en otra sesión.

Quizás sea un exceso de heterodoxia por mi parte, pero en el retorno a casa en el AVE me surgió la duda de si realmente eso es lo que quieren los ciudadanos. La idea base es que es así, es que las AAPP hemos de estar allí para dialogar de modo más directo con los ciudadanos. ¿Pero realmente es lo que desean los ciudadanos? ¿No conduce ello a una Administración en exceso presente en la actividad ciudadana? ¿No existe el riesgo que llevado a su extremo nos convirtamos en una sociedad orwelliana? ¿No existe el peligro que fomentar  la intervención en las mismas de los funcionarios términe por anular el debate que en las mismas se produce?

Las redes sociales nos presentan nuevos cruces de caminos y nuevas decisiones. Es pronto para poder determinar que uso de las mismas nos puede conducir a sociedades más abiertas, deliberativas y democráticas. El objetivo es que el ciudadano no sólo sea el objetivo de los servicios sino también el origen de los mismos,  pero queda mucho para que sepamos como hemos de utilizar las redes sociales para servir mejor a la ciudadanía. Como dijo @mgarrigap, no nos queda más remedio que el trystorming.

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Arrastrado por la fascinación de los números, no me pude resistir a jugar con las herramientas que Carlos Guadián nos enseñó en uno de sus últimos post. Como bien decía Carlos, el análisis del resultado del uso de twitter por los Gobiernos ha de ser algo más que el número de seguidores.  El resultado del juego ha sido la tabla con la que abro este post, y en la que he aplicado el juguete Twitalyze a una serie de cuentas twitter de Gobiernos de distinta índole.

A bulto, los resultados parecen los esperados, sin embargo hay un detalle que merece alguna atención: El desequilibrio en el número de seguidores no se traduce en un desequilibrio similar en lo referente al impacto. Ello podría ser lo esperado de acuerdo a las definición del concepto impacto, sin embargo esto no sucede al comparar el impacto de @downingstreet con @desdelamoncloa o @gencat_cat con @barcelona_cat.

¿Cuál es la razón? Nos la da la segunda de las columnas, la que refleja el compromiso. El impacto de una cuenta twitter depende en gran medida del compromiso de su gestor, de la relación que establezca con sus seguidores.

El éxito de cualquier medio de relación de los Gobiernos con los ciudadanos, dependen del grado de atención y dedicación que se presta a los mismos. El no cumplimiento de las expectativas se deben a la existencia de un gap de atención al ciudadano. Como medios de relación de los Gobiernos con los ciudadanos, esta regla se aplica de modo inexorable al uso de los medios sociales por las AAPP.

Estamos empezando a sacar partido a este nuevo medio de comunicación que es twitter en las AAPP. Su éxito dependerá del compromiso, de la conexión bidireccional que establezcamos entre el diálogo abierto a través de esos 140 carácteres y los sistemas de Atención a los Ciudadanos.

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Hace ya unos meses, hice referencia a la necesidad de desarrollar procedimientos que regularan la intervención del factor humano de la función pública en los medios sociales. Que dicha regulación es más que necesaria lo muestran incidentes como el acaecido en el Principado de Asturias, el lamentable bloqueo de una de esas bitacoras informales de un empleado público que ayudan a la creación e incremento del conocimiento en el colectivo de los empleados públicos. Con unas cuantas lecturas más y alguna pieza legislativa nueva en nuestro ordenamiento jurídico, vuelvo sobre el tema, con la creencia que el Gobierno Abierto ha de ser en gran medida desarrollado entorno al empleado público.

Son dos los ámbitos diferenciados que deben regularse. De un lado, el uso informal, como persona que hace uso de los medios sociales para adquirir y compartir conocimiento con personas de un mismo ámbito profesional. De otro lado, el uso oficial, como parte de un organismo público al servicio de la ciudadanía.

La regulación del uso informal de los medios sociales por los empleados públicos debería limitarse al incentivo de la misma. Han de equipararse a una herramienta más de trabajo, con las limitaciones únicas de la responsabilidad y la discrección y la manifestación (implícita por el contexto o explícita) del carácter personal y no profesional del uso. Con estas salvaguardas, somos un número importante los que cada día nos beneficiamos de la generación de conocimiento colectivo.

Más compleja es la regulación del uso formal. Las nueve páginas del documento «Best practices for social media usage in North Carolina» nos dan unas cuantas pistas al respecto de la visión global de esta regulación, y ha sido la inspiración del resto de esta entrada. La regulación empieza por entroncar el uso de los medios sociales con la estrategia global de comunicación del organismo. Los gabinetes de prensa obviamente han de jugar un papel rector en este punto y deben ser los primeros involucrados en el diseño de la estrategia en este punto, fijar quién y cómo puede intervenir en y en qué medios.  Un ejemplo real de la compleja relación entre los  gabinetes de prensa y aquellos que intervienen en los medios sociales , así como de los beneficios del uso de los mismos, está descrita en esta entrada de «Digital Engagement».

En segundo lugar, ha de crearse un marco de garantías y obligaciones de aquellos que actuan en nombre de los organismos en los medios sociales. En mi anterior entrada sobre este tema, hacia mención de las normas la respecto creadas en Reino Unido, hoy me parecen escasas. Las normas han de contener no sólo una reglas de comportamiento y su entronque con las consecuencias disciplinarias de su incumplimiento, sino también han de reflejar los procesos de solicitud y autorización de participación en medios necesarios para ello. Prever la existencia de estas normas en el desarrollo reglamentario del EBEP en las distintas Administraciones, sería quizás recomendable.

En tercer lugar, entran en juego la regulación de los medios tecnológicos utilizados para habilitar la partipación del empleado público en los medios sociales. Aunque sobre ello podría debatirse, es mi opinión que la regulación aplicable habría de ser la Ley 11/2007 (y el RD 1671/2009 en el caso de la AGE). En este marco legal, y debido a las posibles consecuencias de la intervención de un empleado público en una conversación virtual registrable, hay que buscar los medios de  autenticación y registro de la participación de empleado público en un medio social. Si los medios sociales están bajo control del organismo en la sede selectrónica, autenticación y registro de las intervenciones en medios sociales vendrán garantizados por las previsiones para ambos ámbitos en las sedes electrónicas. La complejidad puede surgir cuando los medios sociales están fuera de la sede electrónica de los organismos. En primer lugar, el marco legal nos facilita los sistemas de firma electrónica que habrían de utilizarse, que en el marco de la AGE se limitan a sistemas basados en certificado de acuerdo al RD 1671/2009.  En segundo lugar, habría de disponerse de mecanismos de archivo fideligno del documento electrónico resultante de la participación del empleado público en el medio social (sobre la importancia de este punto, ver éste artículo). Es fácil suponer, que estos dos condicionantes limitan en la práctica poder actuar en los medios sociales no establecidos por los gobiernos como sería deseable.

Aunque el asunto no es tan simple como sería deseable, ello no es obstáculo para no empezar a trabajar en la habilitación de este nuevo marco de participación.

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Gulas y Angulas. Achicoria y Cafe. Blogosfera Popular y Politica Abierta.

Ayer, día grande para todos los españoles, el Partido Popular descubrió la Política Abierta (o Política 2.0, como queramos llamarle).  Con grandes fanfarrías y todos a una, sus líderes carismáticos descubrieron que sabían escribir en la red.

No voy a entrar en el debate de las tecnológias usadas, que ya tendría mucho que debatir, sino en las actitudes. Esto de la Política Abierta es más una cuestión de actitudes que de tecnología. Y en esto la iniciativa del PP no resiste el más mínimo análisis. Es un mero sucedaneo.

No se trata sólo de que los líderes escriban para sus fieles, no se trata que los ciudadanos intervengan según unas reglas marcadas. Es también adaptarse a los ciudadanos, ir a buscarlos e integrarlos en las plataformas propias. Eso es lo que hace la blogosfera progresista del PSOE (en la que no está integrado esta bitácora, por si hay sospechas de partidismo).

Lo único que me revienta,  es que lo que el PSOE hace también a nivel de partido no lo haga a nivel de Gobierno. Pero al menos hay una intención. Hay que avanzar más rápido hacia el Gobierno Abierto para hacerlo irrevocable. Que en esto del Gobierno Electrónico, también pesa la política. Hay que dar transparencia, participación y colaboración en los procesos públicos para no lamentarnos después de la oportunidad perdida.

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Entre las muchas definiciones de Gobierno 2.0, una de mis favoritas es la dada por Gartner hace ya unos meses.

The use of IT to socialize and commoditize government services, processes and data.

En ella se aunan lo que, para mi, son las dos claves del Gobierno 2.0. De un  lado,  la tecnología como habilitadora de la colaboración. De otro lado, la  co-producción de servicios como objetivo de esa colaboración.

Sobre la tecnología como habilitadora de la colaboración, es sencillo encontrar múltiples referencias. Los medios sociales han alcanzado la ubicuidad dentro de nuestras relaciones y como herramienta de auto-organización. Libros, bitácoras, artículos, … uno puede encontrar cualquier información al respecto con el nivel de detalle que necesite.

No sucede los mismo al respecto de la co-producción, es por ello que creo conviene difundir referencias como «The Challenge of Co-Production».  El artículo (largo) es un magnífico desarrollo de qué es la co-producción y sus ventajas, al que quizás sólo le falte el detalle de cómo aplicarla. El planteamiento de partida es la co-producción como una evolución del modelo de prestación de servicios en la sociedad del bienestar resultado del aprendizaje de los errores cometidos en la implantación del modelo de nueva gestión pública. Se trata de crear una sociedad más equitativa atacando las causas de la desigualdad sobre la base de un nuevo modelo en las relaciones entre gobierno y ciudadano.

Las implicaciones de la co-producción como eje del desarrollo de los servicios prestados por las Administraciones Públicas, queda clara en la definición que aparece en el aludido artículo.

Co-production means delivering public services in an equal and reciprocal relationship between professionals, people using services, their families and their neighbours. Where activities are co-produced in this way, both services and neighbourhoods become far more effective agents of change.

La co-producción conlleva la transformación de la Administración mediante el establecimiento de una relación de partenariado con la sociedad, dando lugar a servicios más sostenibles al apoyarse en la ciudadanía como fuente inagotable de recursos. Se trata, pués, de una nueva vía frente al exceso de optimización basada en la pura eficiencia y la mejora de servicios apoyada en un utópico crecimiento económico indefinido.

Faltan las metodologías que nos sirvan para poner sistemáticamente en marcha la co-producción como herramienta habitual de trabajo.  Ello sólo podrá ser el resultado de ir aprendiendo de experiencias. Uno de ellos es la Red Trabaj@.  Y sobre todo, como dice Seth Godin, aprender de equivocarnos continuamente.

The problem is that you can’t have good ideas unless you’re willing to generate a lot of bad ones.

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A través de los vientos digitales me llega la noticia de la creación de un centro de I+D virtual por parte de Telefónica. Es una prueba más (por si se necesitaba) de cómo las TIC revolucionan los modelos de trabajo y de colaboración.

El principio de cooperación es uno de los elementos rectores entre las Administraciones Públicas (Art 3.1 de la ley 30/1992). Un ejemplo de la materialización legal de este principio cercano a los lectores habituales de esta bitacora es el capitulo II de la Ley 11/2007, que define la «Cooperación en materia de interoperabilidad de sistemas y aplicaciones». En la práctica, ello se materializa en una maraña de órganos colegiados y grupos de trabajo, en los cuales los empleados públicos llevamos a cabo esta cooperación.

A pesar de los antecedentes expuestos en el párrafo anterior, y de la revolución en los modelos de colaboración derivados de las TIC, en general, y de la Web 2.0, en particular, nuestros modos y medios de colaborar siguen anclados en los paradigmas 1.0. Claramente, hay medios difíciles de aplicar por el elevado número de interlocutores generalmente implicados (un ejemplo es la videoconferencia), pero, ciertamente, podriamos ir más allá del intercambio de e-mails seguido de reunión presencial como medio de cooperación. Claramente es este un modelo:

  • Ineficiente en tiempo, que tiende a hacer eternos los debates sobre aspectos complejos (vease como ejemplo los desarrollos reglamentarios de la Ley 11/2007 que van para dos años)
  • Dónde las responsabilidades se diluyen, difuminándose el registro de lo dicho o lo callado
  • Limitador de la agregación de conocimiento, derivado de las restricciones que tiempo y espacio marca sobre el posible número de actores que puede intervenir por cada unidad administrativa

El uso que estamos haciendo de la tecnología no busca cambiar el modelo de colaboración, sino soportarlo. La complejidad de la activación del modelo hace que sólo sea utilizado en escenarios macro (las necesidades políticas) y no en los escenarios micro (lasnecesidades operativas), autolimitando el alcance de la cooperación.

El modelo de centros virtuales ha sido puesto en marcha por Telefónica, pero también por Administraciones de otros paises. Aquí, una vez más, la propuesta viene de las Islas Británicas con las Comunidades de Práctica de Entidades Locales. La creación de centros virtuales de cooperación administrativa (entre sí, pero también con los ciudadanos) es una extensión lógica a los convenios de cooperación y los medios utilizados por los órganos colegiados.

Una vez más, la tecnología está a nuestro alcance y sólo falta la voluntad (política). La creación de los mismos, además, incrementaría nuestra productividad y mejoraría el ambiente laboral. La Administración 2.0 ha de ser user-driven, pero también employee-centric.

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